martes, 11 de septiembre de 2007

Mi finde con Ken Betetérito

Hola a todos:

Me encanta el nuevo aspecto de nuestro blog. Turi, has hecho un gran trabajo, reina.
Bueno, pues paso a contaros cómo me fue mi finde playero con Ken Betetérito. Para los que han llegado tarde o no se acuerdan, os diré que es un Ken que conocí una noche en un bar y con el que empecé a hablar de forma espontánea. Después de un ratito me pidió el teléfono y me dijo muy amablemente que me llamaría para tomar un café. A todo esto, llegó el verano y nos fuimos al Caribe Pampero, Polidep, Bangladesh y yo, con lo cual yo me olvidé de todo, pero él no, porque me llamó varias veces estando allí.
Cuando volví a Madrid, le contesté y él, muy sorprendido (el chiquillo no se lo esperaba), me invitó a quedar una noche.
Esa parte ya la he contado en el blog, así que, si queréis saber qué pasó, os invito a que lo leáis.
Bueno, pues la semana pasada me volvió a llamar para invitarme a pasar el fin de semana en la playa. Yo, al principio, no sabía qué decir, porque las barbies ya habíamos hecho planes, pero al final se cayeron. Así que le llamé para confirmar que iría con él (lo que he hizo ponerse muy contento).
Pues el viernes nos fuimos para allá, en su superdeportivo rojo que cortaba el viento. Llegamos a nuestro destino, nos fuimos a cenar y a casita. Hay que decir que el muchacho es tremendamente cariñoso (pero mucho, mucho), y al principio me gustaba mucho que fuera así, pero llegó un momento que tanto pastel me empalagó. Sí, queridos míos, qué queréis que os diga: me encantan los chicos cariñosos, pero este ya se estaba pasando. Esa noche me dio lo mío y lo de mi prima, pero decidí que ya era suficiente, así que el sábado evité el polvo mañanero, el de la siesta y el de la noche. Quizá me pasé un poco de arisca pero, una cosa está clara: dos no follan si una barbie no quiere.
Aún así, en la playa disfrutamos mucho: besitos, arrumacos en la playa, abracitos y mimitos múltiples. Seguro que más de un guiri se lo pasó pipa haciendo de vouayer.
Así, llegó el domingo, y nos dimos un baño en la playa (el agua estaba increíble), comimos por allí y volvimos a Madrid. El viaje fue bueno (cogimos todos los peajes posibles) y, al despedirnos, me dejó en casa y nos despedimos con un beso y nada más. No le dije que le llamaría ni él me lo dijo a mí, aunque le di las gracias por haberme invitado y le dije que me lo había pasado muy bien, lo cual es cierto, aunque a medias, porque el sábado a la hora de la siesta me agobié un poco.
En fin, queridos y queridas, esta es la historia de mi fin de semana semirromántico.
Otra cosa: mientras estuvimos allí sugirió hacer otra escapada en octubre (esta vez al campo) y no le dije que no, pero casi. Espero que no se lo tome mal si al final no hay viaje.
¿Y todo por qué? Pues porque no me pone....

1 comentario:

kelete dijo...

Esta frase me ha encantado:
"dos no follan si una barbie no quiere."

Y cuanta verdad hay en sus palabras!!!
Es un gusto leeros